Estrellita era un conejito muy especial. Su pelaje, tan blanco como la nieve recién caída, cubría un corazón lleno de bondad. Sus ojos, del color del cielo en un día despejado, observaban el mundo con una curiosidad insaciable. Vivía en el corazón de un bosque frondoso, donde cada árbol susurraba secretos y cada flor cantaba melodías ocultas. A diferencia de otros conejos, Estrellita poseía un don extraordinario: podía entender y hablar con todos los animales.
Un día, mientras Estrellita exploraba un rincón desconocido del bosque, escuchó un lamento. Siguiendo el sonido, encontró a un pequeño pajarito azul con un ala herida. "¡Oh, qué pena! ¿Qué te ha sucedido?", preguntó Estrellita con dulzura. El pajarito, sorprendido de que un conejo pudiera hablarle, le contó que había caído de su nido. "No te preocupes", dijo Estrellita, "te ayudaré". Con su voz calmada, Estrellita habló con las hormigas, quienes acudieron rápidamente para recoger ramitas y hojas suaves. Luego, habló con la ardilla, que le trajo bayas nutritivas para que el pajarito se recuperara.
Gracias a la ayuda de Estrellita y sus amigos del bosque, el pajarito sanó por completo. Antes de volar de regreso a su hogar, le dio las gracias a Estrellita, prometiendo visitarla a menudo. "Tu don es maravilloso, Estrellita", dijo el pajarito. "Ayudar a los demás es la mejor magia que existe". Estrellita se sintió muy feliz, comprendiendo que su habilidad de hablar con los animales era para crear puentes de amistad y cooperación. Desde ese día, Estrellita se convirtió en la protectora y amiga de todos los habitantes del bosque, demostrando que la empatía y la ayuda mutua hacen que el mundo sea un lugar mejor y más feliz para todos.
Fin ✨