Luna, la Princesa que Tocaba las Estrellas

Por
Jannette Fernandez
Jannette Fernandez
24/9/2025INICIAL
En el corazón de un reino bañado por la luz de la luna vivía una princesa llamada Luna. Su cabello c
Inicio del Cuentito

Parte 1

En el corazón de un reino bañado por la luz de la luna vivía una princesa llamada Luna. Su cabello castaño caía en cascada sobre sus hombros, sus ojos grises brillaban con curiosidad y su piel era tan pálida como el pétalo de una margarita. A pesar de su linaje real, Luna no era una princesa común. Poseía un don extraordinario, un secreto que guardaba con emoción: ¡podía volar! Desde muy pequeña, Luna descubrió que con solo desearlo, sus pies se despegaban del suelo. Al principio, eran vuelos cortos y torpes, apenas flotando sobre las alfombras de su habitación. Sus padres, el Rey y la Reina, aunque sorprendidos, la animaron a practicar en secreto, pues sabían que era un poder especial que debía ser cultivado con cuidado y responsabilidad. Con el tiempo, sus habilidades mejoraron. Aprendió a planear con la gracia de un águila, a dar vueltas en el aire como un remolino y a ascender hasta rozar las nubes. El viento se convirtió en su amigo, susurrándole secretos y llevándola a explorar los confines del castillo. Desde las alturas, el mundo se veía diferente, lleno de maravillas que solo ella, con su don, podía apreciar por completo. Luna pasaba horas surcando los cielos, contemplando los jardines reales desde arriba, observando a los pájaros en su vuelo y soñando con aventuras lejanas. A veces, jugaba a las escondidas con las mariposas o intentaba alcanzar las hojas más altas de los árboles centenarios. La sensación de libertad era embriagadora, una alegría pura que llenaba su joven corazón. Sin embargo, Luna sabía que su poder no era solo para el juego. Sentía que estaba destinado a algo más grande, quizás para ayudar a otros o para proteger su reino. Con cada vuelo, fortalecía no solo sus alas invisibles, sino también su determinación de usar su don para el bien, una pequeña semilla de propósito germinando en su interior.

Una tarde, mientras Luna volaba sobre el bosque que rodeaba el reino, escuchó un lamento desgarrador
Desarrollo del Cuentito

Parte 2

Una tarde, mientras Luna volaba sobre el bosque que rodeaba el reino, escuchó un lamento desgarrador. Provenía de lo profundo de los árboles, un sonido de angustia que capturó su atención de inmediato. Sin dudarlo, descendió rápidamente, siguiendo la dirección del sonido con la agilidad que su vuelo le permitía. Al aterrizar suavemente en un claro, encontró a un pequeño zorrito atrapado en unas enredaderas. Sus ojos brillaban con miedo y sus patitas intentaban liberarse en vano. Luna se acercó con cuidado, hablando con voz tranquilizadora para no asustarlo más. El zorrito la miró con esperanza, sintiendo que aquella joven venía a ayudarlo. Con sus manos pequeñas pero firmes, Luna comenzó a desenredar las tenaces enredaderas. Le tomó un poco de esfuerzo, ya que estaban fuertemente anudadas, pero no se rindió. Recordó las lecciones de paciencia que su maestra le había enseñado y se concentró en la tarea, moviéndose con delicadeza para no lastimar al animal. Finalmente, después de unos minutos que parecieron eternos, la última enredadera cedió. El zorrito, libre, dio un pequeño salto de alegría y lamió la mano de Luna en señal de agradecimiento. Ella sonrió, sintiendo una cálida satisfacción recorrerla. Ver al pequeño animal correr libre por el bosque era una recompensa mucho mayor que cualquier otra cosa. En ese momento, Luna comprendió la verdadera esencia de su poder. No se trataba solo de la emoción de volar, sino de la capacidad de llegar a lugares y ayudar a quienes lo necesitaban. Se dio cuenta de que incluso un acto pequeño, realizado con compasión, podía tener un gran impacto, y esa revelación la llenó de una profunda felicidad.

Parte 3

A partir de ese día, Luna usó su habilidad para volar no solo para su disfrute personal, sino para ser una protectora silenciosa de su reino. Subía a las atalayas más altas para vigilar el horizonte, ayudaba a los pájaros heridos a regresar a sus nidos y guiaba a los viajeros perdidos en la oscuridad con la luz de la luna que parecía emanar de ella. Se convirtió en una leyenda entre los habitantes del reino, el "ángel guardián" que a veces se vislumbraba surcando el cielo nocturno. Los niños soñaban con conocerla y los adultos la recordaban con gratitud. Luna nunca buscó reconocimiento, su mayor recompensa era saber que estaba marcando una diferencia positiva en la vida de los demás. Un día, una fuerte tormenta azotó el reino, provocando inundaciones y bloqueando caminos. La gente estaba asustada y vulnerable. Luna, sin dudarlo, se lanzó al cielo tormentoso. Voló de pueblo en pueblo, llevando mensajes urgentes, buscando personas aisladas y dirigiendo a los equipos de rescate por las rutas más seguras. Su capacidad para navegar por el aire, incluso en medio del caos, fue invaluable. Ascendió por encima de las nubes de tormenta para ver la extensión del daño y guió a los barcos de rescate a través de las aguas turbulentas. Su valentía y su don permitieron salvar a muchas personas y minimizar los efectos de la catástrofe. Al final, la tormenta pasó y el reino comenzó a reconstruirse. Luna, aunque cansada, sintió una inmensa paz. Había aprendido que el verdadero poder reside en la bondad y la valentía, y que cuando usamos nuestros dones para ayudar a los demás, no solo iluminamos sus vidas, sino que también descubrimos la luz más brillante dentro de nosotros mismos.

A partir de ese día, Luna usó su habilidad para volar no solo para su disfrute personal, sino para s
Final del Cuentito

Fin ✨

Detalles del Cuentito

Protagonista:Luna
Categoría:
Tipo de personaje:
Superpoder:
Estilo:

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