Ita, la Fuerza de la Abuela

Por
Andrea Ramirez
Andrea Ramirez
22/10/2025INICIAL
En el corazón de un pueblo vibrante y lleno de vida, vivía Ita. No era una abuela cualquiera, aunque
Inicio del Cuentito

Parte 1

En el corazón de un pueblo vibrante y lleno de vida, vivía Ita. No era una abuela cualquiera, aunque su cabello castaño suave y sus ojos marrones bondadosos la hicieran parecer. Ita era, en secreto, una superheroína. Su piel, curtida por años de sabiduría y sol, cubría un cuerpo que albergaba un poder extraordinario: una super fuerza que dejaba sin aliento a cualquiera que la conociera. Desde joven, Ita había descubierto este don, pero lo usaba con discreción, ayudando aquí y allá, sin buscar reconocimiento. Sus nietos, Leo y Sofía, la adoraban. Para ellos, la abuela Ita era la persona más fuerte del mundo, no solo por las bolsas del mercado que levantaba sin esfuerzo o por los muebles pesados que movía para limpiar, sino por la fortaleza de su espíritu. Cada tarde, después de la escuela, corrían a su acogedora casa, un refugio de paz y galletas recién horneadas, donde siempre había un cuento o un consejo listo. Un día, una sombra de preocupación se cernió sobre el pueblo. La vieja y querida fuente de la plaza, que había servido a generaciones, comenzó a desmoronarse. Sus piedras ancestrales se resquebrajaban y el agua, que antes brotaba alegremente, ahora apenas goteaba. El alcalde y los vecinos intentaron repararla, pero la magnitud del daño era inmensa, y las herramientas parecían inútiles ante la pesada mole de piedra. El ánimo en el pueblo decayó. La fuente no era solo un lugar para refrescarse; era el corazón latente de sus reuniones, de sus fiestas, de sus recuerdos. Verla así era como ver desvanecerse una parte de su historia. Las risas se apagaron, y un silencio melancólico se instaló en la plaza, un silencio que pesaba más que las propias piedras rotas. Ita observaba desde su ventana, con una mezcla de tristeza y determinación en sus ojos marrones. Sabía que algo debía hacer. No podía permitir que el espíritu de su pueblo se marchitara junto con la fuente. Era hora de que su secreto saliera a la luz, no por gloria, sino por la alegría de su comunidad y el legado de su hogar.

Decidida, Ita se puso su delantal más resistente, un gesto familiar que enmascaraba su verdadera int
Desarrollo del Cuentito

Parte 2

Decidida, Ita se puso su delantal más resistente, un gesto familiar que enmascaraba su verdadera intención. Se dirigió a la plaza, donde un grupo de vecinos se lamentaba ante los restos de la fuente. Al llegar, sintió las miradas curiosas, pero no dudó. Se arrodilló junto a la sección más pesada de la base, una losa de piedra que varios hombres no habían logrado mover ni un centímetro. Con un suspiro apenas audible, Ita posó sus manos sobre la fría piedra. Concentró su fuerza interior, esa energía que fluía por sus venas como un río poderoso. Sin hacer ruido, sin un esfuerzo visible que delatara su verdadero potencial, levantó la enorme losa como si fuera una pluma. Los vecinos abrieron los ojos como platos, sus murmullos cesaron, y un asombro silencioso se apoderó de la plaza. Continuó su labor con la misma gracia y potencia. Levantó bloques de piedra que antes parecían insuperables, recolocó arcos caídos con una facilidad pasmosa, y alineó las columnas desmoronadas con una precisión que asombró a todos. Sus manos, arrugadas por el tiempo, se movían con la agilidad y la fuerza de una joven atleta, pero con la sabiduría y el control de quien ha dominado su don durante décadas. Leo y Sofía, que habían acudido corriendo al oír el revuelo, observaban a su abuela con admiración. Sabían que era especial, pero nunca habían imaginado que su fuerza llegara a tal extremo. La gente del pueblo se acercaba, maravillada, sus rostros reflejando incredulidad y luego una alegría creciente. Las risas comenzaron a oírse de nuevo, tímidas al principio, luego más fuertes, contagiadas por la proeza de la anciana. En pocas horas, la fuente estaba casi restaurada. Donde antes había ruina, ahora se erigía un monumento a la fortaleza y la esperanza. Ita, con su cabello castaño ligeramente despeinado y una sonrisa cansada pero satisfecha, observaba su obra. No había usado máquinas, ni siquiera herramientas sofisticadas; solo su don y su corazón.

Parte 3

El agua volvió a brotar de la fuente restaurada, cantando una melodía cristalina que resonó por toda la plaza. El pueblo entero estalló en júbilo. Los vecinos rodearon a Ita, no con preguntas, sino con abrazos y gratitud. Comprendieron que su abuela no era solo fuerte físicamente, sino que su fuerza residía en su amor por su comunidad y su deseo de protegerla y embellecerla. Desde aquel día, Ita no ocultó más su don. Se convirtió en la guardiana visible del pueblo, siempre dispuesta a ayudar con las tareas más arduas, desde levantar vigas caídas hasta despejar caminos bloqueados por derrumbes. Pero más importante aún, su acto de valentía inspiró a todos. Los niños aprendieron que la verdadera fuerza no siempre reside en los músculos, sino en la voluntad de hacer el bien y ayudar a los demás, sin importar la edad o la apariencia. Leo y Sofía se sentían increíblemente orgullosos de su abuela superheroína. Aprendieron de ella que los dones, por extraordinarios que sean, deben usarse con humildad y propósito. Ita les enseñó que ser fuerte significa ser valiente, ser compasivo y nunca dejar que nadie se sienta solo ante la adversidad, especialmente cuando se trata de proteger los lugares que aman. La fuente restaurada se convirtió en un símbolo. Un recordatorio constante de que, incluso en los momentos más difíciles, la fuerza unida de una comunidad, guiada por el amor y la bondad de alguien como Ita, puede superar cualquier obstáculo. La abuela Ita, con su cabello castaño y sus ojos marrones, demostró que la edad es solo un número y que el espíritu de un héroe puede encontrarse en cualquier corazón dispuesto a servir. Así, el pueblo floreció, más unido y fuerte que nunca, bajo la mirada protectora y la sonrisa cálida de su abuela superheroína. Y la lección que quedó grabada en cada piedra de la plaza y en cada corazón fue clara: la verdadera super fuerza es la que se utiliza para construir un mundo mejor y para cuidar de aquellos a quienes amamos.

El agua volvió a brotar de la fuente restaurada, cantando una melodía cristalina que resonó por toda
Final del Cuentito

Fin ✨

Detalles del Cuentito

Protagonista:Ita
Categoría:
Tipo de personaje:
Superpoder:
Estilo:

🏆 Top 3 del mes

✨ Cuentitos recientes

¡Crea un Cuentito!

Dale vida a tus ideas con personajes únicos, poderes y aventuras llenas de magia

Rápido • Único • Divertido