Rosita Fresita y el Tesoro Sumergido

Por
GABRIELA FEO LOPEZ
GABRIELA FEO LOPEZ
24/10/2025INICIAL
Rosita Fresita era un unicornio muy especial con un pelaje tan rosado como las flores de fresa y uno
Inicio del Cuentito

Parte 1

Rosita Fresita era un unicornio muy especial con un pelaje tan rosado como las flores de fresa y unos ojos del color del cielo en un día despejado. Vivía en un prado lleno de arcoíris y mariposas, pero su lugar favorito era el borde del lago cristalino, cuyas aguas relucían bajo el sol. Rosita amaba jugar cerca del lago, corriendo y dando saltos llenos de alegría. A veces, sus amigos del bosque, el conejito Saltarín y la ardilla Pizca, se unían a ella, pero hoy Rosita jugaba sola, soñando con aventuras. Un día, mientras observaba su reflejo en el agua, notó algo brillante en el fondo. Parecía un cofre antiguo, adornado con extrañas conchas y algas centelleantes. La curiosidad picó a Rosita como un mosquito juguetón. Se acercó al borde, con la pata delantera rozando la superficie del agua. Sabía que su secreto era muy especial: podía respirar bajo el agua como si fuera aire. Este poder la hacía diferente y, a veces, un poco tímida, pero hoy, ese brillo la llamaba. Con una decisión firme, Rosita cerró los ojos, tomó una profunda bocanada de aire terrestre y se deslizó suavemente en las aguas frías y acogedoras del lago. El mundo subacuático la recibió con una calma maravillosa, y sus fosas nasales se adaptaron instintivamente, permitiéndole respirar el agua con total naturalidad.

El fondo del lago era un lugar fascinante. Peces de escamas plateadas nadaban entre rocas cubiertas
Desarrollo del Cuentito

Parte 2

El fondo del lago era un lugar fascinante. Peces de escamas plateadas nadaban entre rocas cubiertas de musgo esmeralda, y plantas acuáticas de colores vibrantes ondeaban suavemente con la corriente. Rosita Fresita, maravillada, avanzaba con elegancia, sus patas dejando suaves burbujas a su paso. Podía ver con claridad, los colores parecían más vivos bajo el agua. Siguiendo el brillo, llegó al lugar donde descansaba el cofre. Era más grande de lo que imaginaba, hecho de madera oscura y adornado con incrustaciones de nácar que brillaban tenuemente. Tenía un gran candado antiguo, cubierto de pequeños percebes y estrellas de mar. Rosita exploró a su alrededor, buscando alguna llave o mecanismo. Se dio cuenta de que la mayoría de los objetos debajo del agua eran diferentes a los de la tierra, más suaves y llenos de vida. Se sintió muy cómoda en este nuevo entorno, un lugar donde su poder era su mayor ventaja. De repente, vio algo incrustado en una roca cercana: una concha gigante y nacarada. Al tocarla, emitió un suave resplandor azulado, y de su interior emergió una pequeña llave de coral brillante. Rosita la tomó con delicadeza, sintiendo una chispa de emoción. Con la llave en su hocico, se acercó al cofre. Insertó la llave en el candado y, con un suave clic, este se abrió. El corazón de Rosita dio un vuelco de anticipación, preguntándose qué tesoros podría esconder un cofre perdido en las profundidades.

Parte 3

Al levantar la pesada tapa del cofre, Rosita se quedó sin aliento. No había oro ni joyas brillantes, sino algo mucho más valioso: una colección de semillas de plantas exóticas, piedras pulidas de todos los colores del arcoíris, y un libro antiguo con páginas de tela resistente al agua. En el centro, descansaba una corona de flores de loto que brillaba con una luz suave. Entendió que el tesoro no era de riqueza material, sino de conocimiento y belleza natural. Las semillas eran de flores que perfumarían el bosque, las piedras eran para crear caminos mágicos, y el libro, contenía historias y secretos sobre la naturaleza que ella aún no conocía. Con cuidado, Rosita guardó las semillas y las piedras en una bolsa de algas que encontró cerca, y tomó el libro y la corona de flores de loto. Se sintió agradecida por haber descubierto este tesoro, y feliz de poder compartirlo con sus amigos y su hogar. Al salir del agua, el sol la recibió de nuevo, y pudo respirar aire fresco y limpio. Se dio cuenta de que su superpoder no era solo especial, sino una herramienta para descubrir maravillas y traer alegría. A partir de ese día, Rosita Fresita se convirtió en la guardiana de los tesoros del lago, compartiendo sus descubrimientos y enseñanzas. La lección que Rosita aprendió fue que los verdaderos tesoros no siempre son los que brillan más, sino aquellos que enriquecen el corazón y el mundo que nos rodea. Compartir la belleza y el conocimiento hace que todos seamos más felices y el mundo un lugar mejor, y que cada uno tiene un don único que puede usar para el bien.

Al levantar la pesada tapa del cofre, Rosita se quedó sin aliento. No había oro ni joyas brillantes,
Final del Cuentito

Fin ✨

Detalles del Cuentito

Protagonista:Rosita Fresita
Categoría:
Tipo de personaje:
Superpoder:
Estilo:

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