Ana y el Jardín de Secretos Táctiles

Por
Escencia Senil
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5/8/2025INICIAL
Ana, una pequeña astronauta con cabello negro como el espacio profundo y ojos celestes como nebulosa
Inicio del Cuentito

Parte 1

Ana, una pequeña astronauta con cabello negro como el espacio profundo y ojos celestes como nebulosas distantes, se encontraba en su jardín. Hoy no llevaba su traje espacial, sino su curiosidad infinita. Con su piel de tono medio que brillaba bajo el sol, extendió sus manos, listas para explorar. Había oído rumores de un rincón secreto, un lugar donde las flores susurraban historias a quienes se atrevían a tocarlas. Ana, con sus cortos 7 años, sintió la emoción burbujear en su interior. Sabía que sus manos, que poseían un don especial para sanar, podrían desvelar los misterios de este jardín encantado. Cerró los ojos por un instante, inspirando el aroma dulce y desconocido que flotaba en el aire.

Su primera parada fue una flor de pétalos aterciopelados. Al rozarla suavemente, un 'shhh' delicado
Desarrollo del Cuentito

Parte 2

Su primera parada fue una flor de pétalos aterciopelados. Al rozarla suavemente, un 'shhh' delicado resonó en sus oídos, como el murmullo del viento entre las hojas. Sintió una suavidad incomparable, como tocar la nube más esponjosa. Luego, sus dedos tropezaron con una flor de apariencia espinosa. Al instante, un crujido seco se escuchó, y los pequeños púas se sintieron ásperas pero no dolorosas. Era como si la flor le contara de su fortaleza, de cómo se protegía del mundo exterior. Ana sonrió, aprendiendo que incluso lo que parece intimidante puede tener una belleza oculta. Cada toque era un descubrimiento, una nueva sensación que se grababa en su memoria sensorial.

Parte 3

Más adelante, encontró una flor que parecía hecha de rocío. Al tocarla, sintió una frescura húmeda y una tibia pulsación, un suave 'plop, plop' rítmico. Era como sentir el latido de la tierra misma. Esta flor, a diferencia de las demás, emanaba una calidez reconfortante. Ana supo que esta era una flor especial. Recordó cómo sus manos podían aliviar el dolor, y al tocar esta flor, sintió que su propio poder se intensificaba. Si las flores tenían secretos, ella tenía el poder de sanarlos. La lección que el jardín le enseñó fue clara: la empatía y la conexión con la naturaleza pueden revelar maravillas y potenciar nuestros propios dones, recordándonos que el mundo está lleno de magia si estamos dispuestos a sentirlo.

Más adelante, encontró una flor que parecía hecha de rocío. Al tocarla, sintió una frescura húmeda y
Final del Cuentito

Fin ✨

Detalles del Cuentito

Protagonista:Ana
Categoría:
Tipo de personaje:
Superpoder:
Estilo:

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