Luli y el Secreto del Bosque Encantado

Parte 2

Luli, con el corazón latiendo con fuerza, miró al zorro. "¿Qué podemos hacer?" preguntó, su voz llena de determinación. El zorro, que se llamaba Zacarías, movió su cola. "Necesitamos alertar a todos los animales que viven cerca del río y pedirles ayuda para construir una barrera temporal antes de que la inundación llegue demasiado lejos. Pero necesitamos que tu les digas, porque ellos confían en ti más que en nadie." Luli asintió con seriedad. Su don era perfecto para esta misión. Dejó al pajarito en un lugar seguro y, guiada por Zacarías, corrió hacia las profundidades del bosque. En su camino, se encontró con un grupo de tejones excavando cerca de sus madrigueras. "¡Tejones!" gritó Luli. "Debemos movernos y ayudar a construir una barrera. El río viene con fuerza." Los tejones, al escuchar la advertencia de Luli, dejaron sus tareas y comenzaron a cavar con más ahínco, transportando tierra y piedras hacia la orilla del río. Luli continuó su carrera, su voz resonando entre los árboles. Habló con las familias de conejos, con los pájaros carpinteros, con las familias de ciervos. Cada animal, al escuchar a Luli, entendía la urgencia y se movilizaba con presteza. Los castores, expertos constructores, llegaron al lugar y comenzaron a dirigir el esfuerzo. Trabajaban codo con codo con los tejones, los ciervos transportaban troncos caídos con sus fuertes cuernos y los pájaros y ardillas ayudaban arrastrando ramas pequeñas y hojas para sellar los huecos. Luli, en medio de todos, se aseguraba de que nadie se lastimara y de que la comunicación fluyera entre las diferentes especies. Bajo la guía de Luli y Zacarías, y con el esfuerzo combinado de todos los habitantes del bosque, una sólida barrera de ramas, barro y troncos comenzó a formarse justo a tiempo. El agua del río, al encontrar el obstáculo, disminuyó su embate, y el nivel empezó a bajar lentamente, protegiendo las casas de los animales.