Maribel y el Secreto del Bosque Encantado

Por
Yeidy Alejandra Obregón
Yeidy Alejandra Obregón
29/9/2025INICIAL
Maribel era una niña muy especial. Su cabello rosado, como pétalos de rosa recién abiertos, llamaba
Inicio del Cuentito

Parte 1

Maribel era una niña muy especial. Su cabello rosado, como pétalos de rosa recién abiertos, llamaba la atención de todos. Sus ojos, del color del cielo en un día soleado, reflejaban su infinita curiosidad y bondad. Con su piel de tono medio, Maribel irradiaba calidez y alegría, características propias de su edad infantil. Vivía en una casita acogedora al borde de un gran bosque, un lugar que la fascinaba con sus árboles altísimos y sus secretos escondidos. Lo que hacía a Maribel verdaderamente única era su extraordinario don: podía hablar con los animales. No era magia de verdad, o al menos eso pensaba ella, sino una conexión profunda que le permitía entender cada ladrido, maullido, trino y zumbido. Los pájaros le contaban los chismes del aire, los conejos le decían dónde estaban las zanahorias más dulces y hasta las hormigas compartían sus planes de construcción. Era un secreto maravilloso que atesoraba con cuidado. Un día, mientras jugaba cerca del bosque, Maribel escuchó un lamento proveniente de entre los árboles. Era un sonido triste y agudo, diferente a cualquier cosa que hubiera oído antes. Su corazón de niña se llenó de preocupación. Sin dudarlo, se adentró entre la espesura, guiada por el sonido lastimero, con la esperanza de encontrar a quien lo emitía. Siguiendo el rastro del quejido, llegó a un claro donde encontró a un pequeño zorro atrapado en una vieja red de pesca abandonada. Sus ojos, llenos de miedo y dolor, miraron a Maribel. "¡Ayuda, por favor!", pareció decir su mirada. El zorro luchaba por liberarse, pero solo lograba enredarse más. Maribel se acercó con suavidad, su cabello rosado contrastando con el verde del bosque. Con sus manos pequeñas pero ágiles, Maribel comenzó a deshacer los nudos de la red. El zorro, al principio asustado, sintió la bondad en sus caricias y permaneció quieto. "No te preocupes, pequeño", le susurró Maribel, "voy a ayudarte". Gracias a su don, podía sentir la gratitud del zorro y su alivio al sentir que la red cedía poco a poco.

Una vez liberado, el zorro sacudió su pelaje y miró a Maribel con profunda gratitud. "¡Gracias, grac
Desarrollo del Cuentito

Parte 2

Una vez liberado, el zorro sacudió su pelaje y miró a Maribel con profunda gratitud. "¡Gracias, gracias!", pareció decir con un movimiento de cola y un sonido gutural que solo Maribel entendió. Le contó que se había alejado demasiado de su madriguera buscando bayas y había caído en la trampa. Maribel le acarició la cabeza, feliz de haber podido ayudar. El zorro, antes asustado, ahora la miraba con confianza, como si fuera una vieja amiga. "¿Por qué dejáis estas redes aquí?", preguntó Maribel al zorro, aunque sabía que no era él quien las ponía. El zorro se encogió de hombros con un movimiento de cabeza y señaló con el hocico hacia el interior del bosque. "Hay gente que no cuida el hogar de todos", transmitió el zorro con un suspiro. Maribel sintió una punzada de tristeza al pensar en cómo algunas personas descuidaban la naturaleza y lastimaban a sus habitantes. Justo en ese momento, un búho sabio, posado en una rama alta, ululó. "Maribel, tu don es un regalo. Puedes ser la voz de aquellos que no pueden hablar por sí mismos", dijo el búho con su voz profunda y resonante. Maribel lo miró sorprendida. Nunca había pensado en su habilidad de esa manera. Siempre la había usado para comunicarse y ayudar en pequeñas cosas, pero ahora entendía que tenía una responsabilidad mayor. "Tenemos que enseñarles a todos a ser amables con el bosque", añadió el zorro, moviendo sus orejas. "Si todos cuidaran su hogar, no habría redes peligrosas ni basura que nos hiciera daño". Maribel asintió con determinación. Sabía que a partir de ese día su vida cambiaría. Ya no solo hablaría con los animales para entenderlos, sino para defenderlos y proteger su hogar. Maribel se despidió del zorro con la promesa de volver y asegurarse de que estuviera a salvo. Mientras regresaba a casa, pensaba en las palabras del búho y del zorro. Sentía el peso y la emoción de su nueva misión. Su cabello rosado brillaba bajo el sol del atardecer, y sus ojos celestes estaban llenos de un propósito recién descubierto. El bosque encantado le había revelado su secreto más importante.

Parte 3

Al día siguiente, Maribel decidió que era hora de actuar. Reunió a todos sus amigos animales cerca de la casa: el conejo veloz, el ardilla juguetona, varios pájaros cantores e incluso una familia de erizos. Les explicó su plan con la misma dulzura con la que hablaba con cada uno de ellos. "Tenemos que mostrarles a los humanos la importancia de nuestro hogar. Les enseñaremos a respetarlo y amarlo", dijo Maribel con entusiasmo. Los animales, confiando en su amiga humana, aceptaron con alegría. El conejo se encargó de avisar a otros conejos para que mostraran lo rápido que podían correr. Las ardillas prepararon cascadas de nueces para demostrar su habilidad para recolectar. Los pájaros volaron en formaciones espectaculares, creando figuras en el cielo. Cada animal, usando su talento natural, participó en el plan de Maribel. Maribel guió a un grupo de niños de su pueblo hacia el borde del bosque. "Miren", les dijo, "¡este es su hogar y el nuestro! Tenemos que cuidarlo". Los niños, curiosos, observaron asombrados la demostración de los animales. Vieron al zorrito, ahora seguro, jugar con Maribel sin temor. Vieron a las ardillas construir intrincadas torres de ramas. Escucharon el canto armonioso de los pájaros coordinados. Al principio, algunos niños se mostraron reacios o indiferentes, acostumbrados a no pensar en el bosque. Pero al ver la alegría genuina de Maribel y la belleza de las acciones de los animales, comenzaron a sentir admiración y respeto. Un niño incluso recogió un papel arrugado del suelo y lo puso en su bolsillo para tirarlo a la basura. Maribel sonrió, sabía que la semilla del respeto estaba germinando. Desde ese día, Maribel se convirtió en la protectora oficial del bosque y sus habitantes. Los niños del pueblo, inspirados por ella, aprendieron a no tirar basura, a no molestar a los animales y a disfrutar de la naturaleza con cuidado. Maribel, con su cabello rosado y su don especial, les enseñó que la comunicación y el respeto son los superpoderes más grandes que todos podemos tener, haciendo de su mundo un lugar más amable y armonioso para todos.

Al día siguiente, Maribel decidió que era hora de actuar. Reunió a todos sus amigos animales cerca d
Final del Cuentito

Fin ✨

Detalles del Cuentito

Protagonista:Maribel
Categoría:
Tipo de personaje:
Superpoder:
Estilo:

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