Lucas y la Súper Velocidad de la Amistad

Por
ANDREA GUERRERO HIDALGO
ANDREA GUERRERO HIDALGO
27/11/2025INICIAL
Lucas era un niño como cualquier otro, con el cabello castaño revuelto, ojos verdes curiosos y una p
Inicio del Cuentito

Parte 1

Lucas era un niño como cualquier otro, con el cabello castaño revuelto, ojos verdes curiosos y una piel clara que se sonrojaba con facilidad. Vivía en un pueblo tranquilo, donde los días transcurrían entre juegos en el parque y tareas en la escuela. A pesar de su apariencia normal, Lucas guardaba un secreto asombroso: poseía el don de la súper velocidad. Nadie sabía cómo lo había obtenido, ni siquiera él. Un día, mientras corría tras una mariposa, sintió una ráfaga de energía recorrer su cuerpo y, de repente, el mundo a su alrededor se volvió borroso. Podía dar una vuelta al pueblo en un abrir y cerrar de ojos, sin despeinarse. Al principio, usaba su poder para ganar todas las carreras de la escuela y llegar el primero a cualquier sitio. Sin embargo, Lucas pronto se dio cuenta de que la velocidad no lo era todo. Ganar siempre se volvió aburrido, y llegar el primero a todos lados significaba a menudo estar solo. Sus amigos a menudo se quedaban atrás, jadeando, mientras él esperaba impaciente. Empezó a sentirse un poco vacío, a pesar de ser el más rápido del planeta. Un día, mientras jugaba en el parque, vio a su amiga Sofía intentar alcanzar su pelota que rodaba hacia un estanque. Estaba a punto de ser demasiado tarde. Lucas, sin pensarlo, corrió a la velocidad del rayo, recogió la pelota justo antes de que cayera al agua y se la entregó a Sofía, todo en un instante. La sonrisa de gratitud en su rostro le hizo sentir algo más especial que cualquier victoria individual. A partir de ese día, Lucas decidió usar su súper velocidad de una manera diferente. Ya no la usaba para competir, sino para ayudar. Ayudaba a los ancianos a cruzar la calle, recogía juguetes caídos para los más pequeños y se aseguraba de que nadie se quedara atrás en las aventuras. Descubrió que compartir su velocidad era mucho más gratificante que usarla solo para sí mismo.

Los días de Lucas cambiaron drásticamente. Ahora, las mañanas comenzaban con él ayudando al cartero
Desarrollo del Cuentito

Parte 2

Los días de Lucas cambiaron drásticamente. Ahora, las mañanas comenzaban con él ayudando al cartero a repartir el correo a la velocidad del viento, asegurándose de que llegara caliente a cada casa. Luego, se dirigía a la escuela, no para llegar primero, sino para ayudar a sus compañeros a recoger sus libros caídos o a encontrar ese lápiz que se les había perdido bajo el pupitre. En el recreo, en lugar de correr él solo en círculos, Lucas creaba juegos divertidos donde su velocidad era útil para todos. Imaginaba carreras de obstáculos donde ayudaba a los más lentos a sortear los desafíos, o creaba corrientes de aire para hacer volar cometas que parecían incapaces de despegar. Sus amigos reían y disfrutaban de estas nuevas aventuras. Una tarde, una fuerte lluvia azotó el pueblo y el río cercano amenazaba con desbordarse. La gente del pueblo estaba asustada. Lucas, sin dudarlo, usó su súper velocidad para crear barreras de arena y ayudar a los bomberos a evacuar las casas más cercanas al cauce del río. Corría de un lado a otro, llevando sacos de arena y alertando a los vecinos con una velocidad asombrosa. Sus padres, que conocían su secreto, lo observaban con orgullo. Sabían que su hijo estaba usando su don para el bien, convirtiéndose en un verdadero héroe. Lucas, a pesar del esfuerzo, se sentía lleno de energía y propósito, algo que la simple velocidad nunca le había dado. La gratitud en los ojos de los vecinos era la recompensa más grande. Se dio cuenta de que la verdadera fuerza de su súper velocidad no estaba en lo rápido que podía ir, sino en lo mucho que podía hacer por los demás en tan poco tiempo. La velocidad se había convertido en una herramienta para la bondad y la ayuda mutua.

Parte 3

Al día siguiente, el sol brillaba de nuevo sobre el pueblo, y la atmósfera era de alivio y gratitud. Los vecinos, a pesar de haber pasado un mal rato, se reunieron en la plaza principal para agradecer a todos los que habían ayudado, y especialmente a Lucas. El pequeño héroe, con su cabello castaño alborotado por el viento y sus ojos verdes brillando, se sintió un poco avergonzado pero muy feliz. La alcaldesa del pueblo se acercó a Lucas y, con una gran sonrisa, le dijo: "Lucas, tu valentía y tu increíble velocidad han salvado nuestro pueblo. Hoy hemos aprendido una gran lección gracias a ti". Todos los presentes asintieron, sintiendo la calidez de la comunidad reunida. Lucas, pensando en lo que había sucedido, se dio cuenta de que su súper velocidad no lo hacía especial por ser rápido, sino por poder ofrecer ayuda y consuelo a quienes lo necesitaban. Se dio cuenta de que la verdadera magia estaba en la conexión entre las personas y en el deseo de apoyarse mutuamente. Desde ese día, Lucas no solo era conocido por su velocidad, sino por su gran corazón y su disposición a ayudar. Los niños del pueblo a menudo lo acompañaban en sus carreras, y él se aseguraba de que todos pudieran participar y sentirse incluidos, compartiendo sus aventuras y su alegría. La lección más importante que Lucas aprendió fue que el verdadero superpoder no reside en la fuerza individual, sino en la capacidad de usar nuestros talentos, sean cuales sean, para hacer del mundo un lugar mejor, demostrando que la amistad y la solidaridad son las verdaderas velocidades que hacen que todo funcione.

Al día siguiente, el sol brillaba de nuevo sobre el pueblo, y la atmósfera era de alivio y gratitud.
Final del Cuentito

Fin ✨

Detalles del Cuentito

Protagonista:Lucas
Categoría:
Tipo de personaje:
Superpoder:
Estilo:

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